Sube y poséela | 7 de Mayo 2018
Traducción al español desde Blackaby Ministries, por Max Reyes.
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Una de las paradojas de la vida cristiana es que, a menudo, los regalos de Dios requieren trabajo de nuestra parte. Dios llevó a los Israelitas a la Tierra Prometida y les dijo que iba a dárselas (Números 13:2). El regalo de la tierra prometida sonaba grandioso para los Israelitas hasta que se dieron cuenta que, con el regalo, ¡venían batallas contra gigantes y ciudades fortificadas!
Los Israelitas tenían la ventaja divina sobre cualquiera contra quien pelearan, pero aun así tenían que luchar.
Sería maravilloso si, cuando nos volvemos cristianos, Dios llenara nuestras mentes con el conocimiento completo de la biblia, y los versículos ya memorizados. Sería fácil si Dios inculcara en nosotros el placer de pasar horas en oración cada día, y el deseo audaz de compartir nuestra fe con los demás. Pero Dios no se relaciona con nosotros de ese modo. En cambio, Él nos da el gratuito regalo de la salvación y luego nos dice “procura tu salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12).
¿Estás desanimado porque la vida cristiana es más difícil y desafiante de lo que esperabas? No lo estés:
Los regalos de Dios para ti son perfectos porque, a través de ellos, Dios te perfecciona. (Mateo 5:48; Santiago 1:17)
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